Jesús, nuestro Campeón Redentor, ganó en 3 lugares: en el infierno, en el Cielo, y en el corazón del creyente.
¡Triunfó sobre el infierno y sobre todas las obras del enemigo! “Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo.”1 Juan 3:8. (Lee el significado de la palabra “deshacer”, te sorprenderá).
¡Su sangre nos ha abierto el cielo, y nos da confianza, seguridad y nos da fuerza en la presencia de Dios!
Jesús el Cristo es el Campeón de campeones de todos los tiempos. ¡Su Nombre es grande! Él venció tremenda adversidad, oposición, rechazo, tradición, crucifixión, y hasta la misma muerte.
Si tú has nacido de Dios, ¡también eres un vencedor! Eres de su Sangre, de su genealogía espiritual. En ningún tiempo digas: “solo soy humano, sujeto a lo que pasa en el mundo...” ¡No! Los hijos de Dios decimos: “somos nacidos de Dios, viviendo en cuerpo humano, ¡y esta es la victoria que ha vencido al mundo, NUESTRA FE!
(1 Juan 5:4)
Julio E. Hernández ~
MUCC
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