En 1 Juan 1:3, Juan el amado nos dice:
“lo que hemos visto y oído, eso os anunciamos, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros; y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre, y con su Hijo Jesucristo.”
La razón principal que la revelación de Dios se nos ha sido dada en su Palabra, es para que tengamos comunión con Él, y con Jesús nuestro Rey, Señor, Salvador y Redentor.
Comunión: 1) Unión de dos o más cosas en lo que tienen en común.
2) Participación en lo común. Trato familiar. Comunicación uno con otro.
Una de las maneras de tener comunión con Dios y con Jesús nuestro Rey, es por medio de la oración.
Considera esta definición de oración: “La oración es un diálogo entre Dios y los hombres. El hombre ha sido creado para glorificar a Dios. A través de la oración se le da gloria, de lo cual el ser humano se beneficia espiritualmente, recibiendo el Amor del Padre por la comunión con Jesucristo a través del Espíritu Santo”.
¡Esta descripción acerca de la oración-comunión es gloriosa! La oración es un proceso continuo, no sólo una cosa que se hace una sola vez. La oración es el estilo de vida y la practica de aferrarse a las cosas de Dios, y permitir que esas cosas de Dios se aferren a nosotros, hasta que Jesús pueda operar por medio de nosotros, su Iglesia, su Cuerpo aquí en la tierra, como lo hizo cuando él caminó y vivió aquí.
Hay que ser diligentes a orar en todo tiempo, siempre creyendo que no sólo fuimos llamados para ejecutar cosas poderosas para el reino de Dios, pero también para entender y conocer al mismo tiempo a nuestro Padre Dios y a su Hijo Jesucristo.
Esto es lo que la oración es, es conocer a nuestro Padre celestial.
Juan 17:3; “Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado.”
Juan 6:28-29; "Entonces le dijeron: ¿Qué debemos hacer para poner en práctica las obras de Dios? Respondió Jesús y les dijo: Esta es la obra de Dios, que creáis en el que él ha enviado."
Cuando dialogas con Dios asegúrate que lo haces de tu corazón (espíritu). Juan 4:23; “Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren.” Y siempre con la ayuda del Espíritu Santo. Romanos 8:26; “Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles.” Esto es para que tu alma (mente, voluntad y emociones) siempre se refresquen en Su Presencia, y tu cuerpo físico sea vivíficado con poder. Romanos 8:11; Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros, el que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros. Julio E. Hernández ~
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